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viernes, 19 de julio de 2013

El invitado de Drácula en mi memoria




No leo a gran ritmo para lo acostumbrado por mí. Desde el Dudo Errante, que me regaló Laurita, y que acabé por Noviembre, no leo un libro en verdad, hasta que el otro día acabé Carnacki, cazador de vampiros, de W.H. Hodgson. Pequeño volumen que me gustó mucho, por cierto, aunque lo que me hubiese terminado en un par de días, me duró al menos dos semanas. Bueno, a lo que voy. El siguiente que empecé fue Cuentos de medianoche de Bram Stoker y la primera de las historias El sueño en el panteón, más conocido como El invitado de Drácula. Ya había leído esta narración, pero mi cerebro apunta directamente a ―hoy lo sé por la wiki— agosto de 1997, cuando escuché por primera vez la versión radiofónica de Juan José Plans en Historias. Se me quedó grabada, en esa noche de verano plomiza, la capa de nieve y las palabras del cochero, que le decía al protagonista: Hoy es la noche de Walpurgis, cuando los diablos salen a la Tierra. En la versión escrita, ante el galimatías idiomático, sólo dice: ¡Walpurgis Nacht!
El poder de evocación que tienen las palabras de Stoker se multiplican por mil, porque escuché ese programa en una época que como era un joven tontorrón me dedicaba a leer cosas serias, y no me preocupaba lo más mínimo la literatura de terror. Me alegro de eso. He disfrutado más en mi entrada en el mundo adulto, que no en la adultez, leyendo cosas de canguelo y caos reptantes.

Nota Marginal: La idea de escuchar teatro de terror en la radio no era nueva para mí, pues aún conservo por ahí algunas cintas grabadas del programa Miedo, del mismo director, Juan José Plans, recordando sobre todo como repetía en mi walkman La extraña muerte del Señor Valdemar en bucle.

jueves, 7 de marzo de 2013

15 de Febrero de 2015 ::: Ímpetu

El soñador quizá halla perdido el ímpetu
de su juventud espontánea
o es que acaso sólo fue su epifanía
un arcano espejismo
en el erial que es su vida.
Pero el caso es que el corazón late fuerte
y la sangre es caliente
cuando brota.
Otros humores se guardan
pera ocasiones de akelarre, carnestolendas
y saltos en la Cuaresma.
El soñador sigue sólo
en su nada que era algo
pero se vuelve de nuevo nada.
Podría ser el cansancio
las penurias
el viaje
el invierno o el incendio
que hay abajo en la calle,
pero el soñador teme dormir
síntoma delator de que la nave no va.
Calma chicha en la epifanía.
La lujuria se escapa
pues no hay red que pueda cogerla.

R.C. KasValley Bridge.
February 15th 2013

22 de Febrero de 2013 ::: La esperanza es de crisotilo


Intrincados caminos llevan a la almena de crisotilo
la cual se desmenuza, al viento,
se desvanece a los elementos.
Estás presa en su torre, lo sé,
y sé que te descompones
como lo que te rodea.
Todo lo sé, y aún así
no puedo echar la puerta abajo
subir las escaleras de negro basalto
hacer saltar la cerradura
que te mantiene encerrada
con mi espada
pues las ganas se desvanecen como el crisotilo
al viento.

No sé si es la falta de ímpetu
o la negra cobardía que me tiraniza, pero
esperanza no puedo, al menos hoy,
liberarte del crisotilo y la sombra
las cadenas y los grilletes
pues estoy perdiendo la partida
que la vida juega
contra mí.

R.C.
Hopeless

22-2-13

22 de Febrero de 2013 ::: Remedios sin alquimia


Sacamuelas y barberos
con potingues, sanguijuelas
vendo aceite de serpiente
a medio dólar la botella.
¿Qué habré hecho yo mal
para siempre estar
con alguna enfermedad ?
En el mundo de los sueños
tengo muchas pesadillas
y para eso el loquero
me manda unas pastillas
¿Funcionan o son placebos?
Lo ignoro, no encuentro,
solución a la pregunta,
todo son rompecabezas,
escupitajos y drogas,
y los dientes que aún durmiendo
se caen como los higos
por los pájaros comidos
por gusanos percodidos
y víctima de las hormigas
en el suelo ya, podridos.

22 de Febrero de 2013 ::: En la inmensa galería...

En la inmensa galería
que antecede a la antesala
los trofeos de algunas luchas
proliferan como setas
después del agua caída.
¿Qué monstruos son aquellos,
qué imponentes leviatanes,
qué fieras de la sabana,
que alimañas almizclera,
están allí expuestas
como en bazar de musulmanes?
Abarrotados en anaqueles
de madera noble y bronce
algunos forrados en pieles
otros de rústica factura.
Esa son las luchas
que el soñador ha tenido
con pergaminos mohosos
con papel biblia muy fiño
con verjurados sagrados
y con cremas impresos en rojo.
No son elefantes, unicornios o ballenas
los que han derrotados
son volúmenes preciados
que han deparado luchas
con un mesmérico agrado.
Son los libros que forman
el infierno del soñante,
los trofeos que acumula
con eso tiene bastante;
pues para soñar requiere
de recetas especiales
que se esconden en las líneas
de las obras escogidas
para viajes astrales.

Randolph C. Castra Postumiana XXII-II-MMXIII